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De uno de los poetas más famosos de la literatura checa podemos encontrar una breve, pero útil, presentación aquí:
y una nota mucho más extensa en el siguiente link a Radio Praga:
Por eso, y para evitar medien más palabras entre su poesía y el lector, transcribimos directamente, aquí abajo, cinco poemas.
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Ella
La belleza es de Dios. Pero la belleza seduce.
Desde el hombre en el paraíso hasta el forense ocupado
en una prostituta asesinada,
nos culpa de la soledad,
nos promete a la mujer como futuro, tal
como si concibiese una eternidad posterior incluso a Dios,
nos atormenta después con nuestro pavor -
y cuando estamos celosos sonríe maliciosamente
hasta allí donde la nostalgia nos transforma en el goce del mal...
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Comparada con la miseria -una certeza,
es demasiado vaga para hacer daño a los más...
¡Vista así, no observada!
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Encuentro V
Detenido por una mujer a la puerta de una ciudad desconocida
le supliqué: dejáme pasar, entraré solo
para salir enseguida, y de nuevo entraré
para volver a salir tan solo
porque temo a la oscuridad como cualquier hombre.
Y ella me dijo: "¡Pues yo he deajado allí
la luz encendida!"
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De nuevo entonces
Aunque a veces ni mi amigo comprendía mis versos
(como hay seres que no pueden matar
aunque lo quisieran),
aunque me desesperaba, completamente abandonado
(como hay algunas estatuas que se atemorizaron
ante los pecados humanos, hasta el punto
de volverse de madera)
aunque no tenía más solución que el suicidio,
era siempre consciente de esto: ¡Convertirse en nada,
pero destruyéndolo todo, incluso esa misma nada!
Y entonces volví a amar de nuevo.
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Te ha preguntado
Te ha preguntado una muchacha: ¿Qué es poesía?
quisiste decirle: El hecho de que existes, sí, de que existes
y que con temor y asombro,
testimonios del milagro,
envidio dolorosamente la plenitud de tu belleza,
y que no puedo besarte ni dormir contigo
y que nada poseo, y que a quien no puede hacer regalos
no le queda más remedio que cantar.
Pero no se lo has dicho, te has callado
y ella no ha oído esta canción.
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Encuentro en un ascensor
Entramos en la cabina y nos quedamos solos los dos.
nos miramos sin hacer nada más.
Dos vidas, un instante, la plenitud, la felicidad...
En el quinto piso ella salió, y yo, que iba más arriba,
comprendí que nunca volvería a verla,
que nos habíamos encontrado una vez, para siempre,
que aun habiéndola seguido lo hubiera hecho como un muerto
y que si ella hubiera vuelto a mí
no hubiera vuelto más que del otro mundo.