Pero el mundo real, por supuesto, no es el mundo de los cuentos de hadas y menos todavía en aquella época y en aquellos lugares: aquella fe que podía ayudar tanto resultaba ser inútil para la mayoría de la gente que me rodeaba. Yo, sin embargo, sobreviví y llegué a vivir para verlo; para mí las fuerzas del bien, encarnadas sobre todo en el Ejercito Rojo, triunfaron de verdad y tardé un tiempo (al igual que muchos de los que sobrevivieron a la guerra) en comprender en profundidad que muy a menudo no es que se batan las fuerzas del bien contra las del mal, sino que a menudo simplemente se trata de dos fuerzas del mal que compiten entre sí por dominar el mundo.
miércoles, febrero 25, 2015
Las dos fuerzas
Fragmento de El espíritu de Praga, de Ivan Klima
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